Subsecretaría de Cultura de AMR
Hay dos muy interesantes propuestas el próximo martes. A las 20 hs., un drama sobre la persecución a los homosexuales en la Alemania de post guerra. A las 22 hs., un film sobre el aislamiento donde unos perversos padres mantienen a sus hijos “presos” en su casa.
Horarios
Apertura boletería: 19.30 hs.
Proyección (puntual): desde las 20 hs.
A las 20 hs.: “GREAT FREEDOM”
“Great Freedom” (Gran Libertad)
Austria, 2021. 116′. Dir. Sebastian Meise.
Festival de Cannes: Un Certain Regard: Premio del Jurado; Premios del Cine Europeo EFA: Mejor fotografía (Crystel Fournier) Mejor música (Nils Petter Molvær, Peter Brötzmann); Festival de Sevilla de cine europeo: Giraldillo de Oro – Mejor película, Mejor actor (Franz Rogowski); Premios del cine alemán: 3ª mejor película, Mejor maquillaje (Heiko Schmidt, Kerstin Gaecklein, Roman Braunhofer).
Gran Libertad es un estudio psicológico que contempla los efectos de la represión y, más allá, cuenta una historia de amor poco convencional; tierna, pero no sentimental.
Hans Hoffmann (Franz Rogowski), es condenado a 24 meses por “prácticas desviadas” sin posibilidad de libertad condicional. Mientras cose sábanas en el taller de la cárcel llama la atención de un recluso mayor, Viktor (Georg Friedrich), y rápidamente comprenden que los dos tienen una historia, que se remonta a su época como compañeros de celda en 1945.
En el 2000 Rob Epstein y Jeffrey Friedman realizaron el documental Párrafo 175. El párrafo 175 era el artículo del Código Penal alemán que tipificaba como delito los actos homosexuales entre varones. Introducido bajo el Imperio Alemán en 1872, permaneció durante la era nazi y la República Federal que siguió. Fue derogada recién en 1994, cinco años después de la caída del Muro de Berlín.
En 1969 la ley fue atenuada por la introducción de una edad de consentimiento. Antes de esto más de mil hombres fueron encarcelados bajo las disposiciones de la cláusula cada año. Muchos perdieron sus trabajos y hubo decenas de suicidios.
El director austríaco Sebastian Meise centra su atención en lo que sucedió en este período en una sociedad supuestamente abierta y democrática. Rastrea cuidadosamente la persecución de la homosexualidad en Alemania a lo largo de las décadas y lo hace en un drama a fuego lento que se niega a tomar el camino fácil de la manipulación de emociones. Es una dura historia, pero también un drama que brilla con una belleza desoladora.
A las 22 hs.: “KYNÓDONTAS (DOGTOOTH)”
“Kynódontas (Dogtooth)” (Canino)
Grecia, 2009. 94′. Dir. Yorgos Lanthimos.
Festival de Cannes: Un Certain Regard: Mejor película.
La madre, el padre, la hija mayor, la hija menor y el hijo viven en una cómoda casa suburbana grande y acomodada, con una piscina en el patio trasero. No tienen nombre, o no se los nombra más que con sus roles dentro de la familia. Viven detrás de un muro muy alto y una puerta, que siempre está cerrada con llave. Sólo el padre sale para trabajar en la fábrica de la que es dueño.
El televisor se usa sólo para ver videos caseros de la familia. Los chicos no tienen idea del mundo exterior, les dicen que afuera deambulan gatos devoradores de hombres, que se comieron a un hermano que nunca conocieron, que Fly Me to the Moon de Frank Sinatra es cantada por su difunto abuelo y que abandonar la casa los puede llevar a la muerte.
Una fantasía extraña que lleva el concepto de educación en el hogar a extremos retorcidos. Algunos padres tratan de limitar lo que sus hijos pueden aprender, y otros intentan ampliarlo. En este film los padres han pasado mucho más allá de esas categorías. Son unos psicópatas que hacen que sus hijos caminen en cuatro patas, les enseñan a ladrar y les dicen que no pueden irse hasta que se les caigan los dientes de perro, los caninos.
Lanthimos tiene un sentido del humor burlón, absurdo e improvisado. A medida que el mundo ficticio comienza a desmoronarse, las consecuencias se aceleran demasiado rápido para que puedan hacerle frente. La verdad va de la mano de un sentimiento de pánico ciego. Es una experiencia estimulante e impredecible, y no es fácil de sacudir. Una parábola brillante del aislamiento.