Subsecretaría de Cultura de AMR
El martes 9/12 se verán films de grandes directores en cada función. A las 20, Steven Soderbergh y una película de múltiples capas dramáticas. A las 22, Bertrand Mandico con su propuesta: cinco adolescentes de la alta burguesía de la Costa Azul en 1910 cometen un crimen atroz y sin sentido.
Horarios
Apertura boletería: 19.30 hs.
Proyección (puntual): desde las 20 hs.
A las 20 hs.: «THE LIMEY»
«The Limey» (Vengar la sangre)
Estados Unidos, 1999. 85′. Dir. Steven Soderbergh.
Satellite Awards: Mejor actor principal – Drama: Terence Stamp.
Wilson, un criminal profesional inglés y veterano, de clase obrera, o sea un ‘cockney’ recién salido de prisión, viaja a Los Ángeles para descubrir la verdad sobre la misteriosa y trágica muerte de su hija, Jenny. Al llegar, Terry Valentine, un enigmático productor musical, y el turbio séquito que rodeaba a su hija, afirman que fue un accidente. Wilson desconfía y sigue buscando las pistas para armar el rompecabezas. Entre el brillante y superficial mundo del espectáculo, unos puños duros guiados por astucia callejera, harán saber al bajofondo de Los Ángeles que el «Inglés» está en la ciudad.
La película se vale de saltos temporales constantes y escenas oníricas, que se intercalan con el presente del relato, para reflejar lo que sucede en la mente del protagonista: un torbellino de recuerdos, culpas e hipótesis violentas. Como siempre, donde colabora Cliff Martinez (ex Red H. C Peppers, The Weirdos o Lydia Launch y habitual compositor de Soderbergh, como de N. W. Refn) la BSO electrónica y pulsante, contribuye al ambiente de tensión y melancolía.
Creador incansable y coherente con obtener la imagen y el ritmo pensados, Soderbergh suele ser también su propio director de fotografía (bajo el pseudónimo Peter Andrews) y montajista (aka Mary Ann Bernard), también aquí. En The Limey, mientras la cabeza de un magnífico Terence Stamp hierve en su derrotero de batallas, Soderbergh transforma el argumento de un simple thriller de venganza en una película de múltiples capas dramáticas, quizás una fracturada meditación sobre el arrepentimiento que, como se sabe, siempre llega tarde.
A las 22 hs.: «LES GARÇONS SAUVAGES»
«Les garçons sauvages» (Los jóvenes salvajes)
Francia, 2017. 110′. Dir. Bertrand Mandico.
Cinco adolescentes de la alta burguesía de la Costa Azul en 1910, cometen un crimen atroz y sin sentido. Para evitar el escándalo y el juicio, sus ricas familias, con las autoridades como cómplices, los envían a un «exilio correctivo».
Para “enderezarlos” a través del duro trabajo y disciplina marítima contratan a un ex capitán de barco misántropo y borracho, para llevarlos en su velero a una isla remota del Pacífico. Tras naufragar, llegan a una isla paradisíaca pero maldita, donde las leyes de la naturaleza, el deseo y la identidad se desarman. En la misteriosa isla, Tanguy, Louis, Dimitri, Juan y Mathieu verán sus vidas transformadas para siempre.
Hecha en fílmico blanco y negro de alto contraste, con una textura granosa y sucia, emparentada con el cine mudo, el film noir o el cine exploitation de los 70, The Wild Boys está cargada de una sensualidad que parece sentirse al tacto. Mandico es de los directores que convierte las limitaciones de bajo presupuesto en alta inventiva sin fronteras, desborda todo, utiliza maquetas, efectos prácticos no digitales, maquillajes exacerbados y escenografías artificiales para crear un sorprendente mundo de ensueño.
Artista y cineasta de culto francés, Mandico comenzó -y sigue- haciendo cortometrajes experimentales con técnicas artesanales, stop-motion y pintura sobre celuloide. Heredero directo de la tradición del cine fantástico y decadente francés de Jean Rollin y Georges Franju así como de la transgresión de autores como Guy Maddin (de quien proyectamos The Saddest Music of the World el martes pasado), o su querido Valerian Borowczyk y por supuesto surrealistas de toda laya.




