A las 20, se proyectará la mejor adaptación de la novela Drácula de Bram Stoker con la dirección de F.F. Coppola y la memorable actuación de Gary Oldman.
Horarios
Apertura boletería: 19.30 hs.
Proyección (puntual): 20 hs.
“DRÁCULA, DE BRAM STOKER”
Estados Unidos, 1992. 127′. Dir. Francis Ford Coppola.
65a. Edición de los Oscars, 1993: Premio Mejor vestuario; Premio Mejor maquillaje y peluquería; Premio Mejores efectos sonoros. Asociación de Críticos de Chicago: Mejor fotografía. Premio Saturn al Mejor director 1993.
En 1890, el joven abogado inglés Jonathan Harker viaja a Transilvania, al castillo del Conde Drácula -quien en 1462, perdiera a su amor, Elisabeta- para realizar trámites en relación a unas propiedades que el noble había comprado en Inglaterra. Tarde, cuando ya ha quedado a merced de los “Hijos de la noche”, se da cuenta el abogado de la verdadera personalidad del “Señor de la Noche”… quien ha viajado a Londres, para finalizar su plan. Allì muerde primero a Lucy Westenra, amiga de Mina Murray -prometida de Harker- y la convierte en una de sus esclavas vampíricas. Lo mismo pensaba hacer con Mina, pero interviene el excéntrico doctor Abraham Van Helsing.
Si bien desde siempre existieron leyendas y relatos literarios de seres que moran la noche y beben sangre de sus víctimas, Bram Stoker (Irlanda, 1847) creó la novela gótica definitiva y la figura del vámpiro por antonomasia, en 1897. Pero la fama del personaje llegó mucho después, con la primera adaptación al cine (no oficial), Nosferatu (1922) de F. W. Murnau, quien tuvo que modificar los nombres de los personajes. Luego vinieron el Drácula (1931) de Bela Lugosi, dirigida por Tod Browning; Drácula (1958) con el mítico Cristopher Lee; una miniserie de la BBC de 2020 (que se puede ver en Netflix) y la más reciente, Renfield (2023), comedia gore que protagoniza Nicolas Cage. Entre ellas, en 1992, Francis Ford Coppola filmó en Bram Stoker’s Dracula, la mejor adaptación de la novela, que adopta una estructura epistolar.
Aparte del guión de James V. Hart, la fotografía de Michael Ballhaus y las actuaciones de Gary Oldman, Wynona Ryder, Keanu Reeves, Anthony Hopkins, Tom Waits entre otros, la dirección es maravillosa. Coppola, ayudado por su hijo Roman, en estado de gracia, usa técnicas antiguas para dar vida a la historia, sin recurrir a efectos digitales. El único efecto óptico son unas llamas azules con las que Harker se encuentra al llegar al castillo, todo lo demás fue hecho en cámara y de manera práctica (trucos que se usan desde los mismos comienzos del cine: sobreimpresiones, exposiciones múltiples, escenas marcha atrás, sombras chinescas), lo que da lugar a un film muy atractivo y que no ha envejecido. La banda sonora del compositor clásico polaco Kilar mezcla elementos del vanguardismo minimalista y del folklore eslavo y el vestuario increíble de Eiko Ishioka, inspirándose tanto en el teatro kabuki como en la obra de Gustav Klimt, no le va a la zaga.
Intensa la actuación del inglés Gary Oldman, como el famoso Conde. Se lo ve desmedido e irónico, en iguales partes visceral y alambicado. “La descarada película de Coppola resulta más divertida ahora que hace 30 años y la interpretación de Oldman es sobresaliente” (Peter Bradshaw, The Guardian) “Drácula de Bram Stoker fue única en sus resultados artísticos y su éxito de taquilla no se explica por responder a una necesidad latente en el subconsciente colectivo, como les sucedía a las creaciones expresionistas, sino por haber sabido actualizar un mito siempre querido. Dicha puesta al día se articuló sobre dos ejes: recuperar y sintetizar los hallazgos clásicos al respecto y añadirle una perspectiva exclusiva de su tiempo, como lo es, no sólo el juego posmodernista, sino su aliento anticlerical, antiburgués y antipatriarcal” (Elisenda N. Frisach, Revista EAM, Barcelona).